
Desde los 13 años he soñado con irme a vivir a Canadá,
incluso quería terminar mis estudios secundarios en una universidad de allá y
comenzar la universidad para empezar mi vida en este país, pero como no tenía
ningún familiar ni nadie a quien conociera en Canadá, mi madre me aconsejó hacer la
carrera universitaria en mi país y después irme, no me arrepiento de hacerle
caso porque la universidad fue uno de los mejores momentos de mi vida, fue una
experiencia de crecimiento y diversión estupenda, aquí aprendí que ser feliz y que
divertirse no quiere decir que saques malas notas o que para tener una de las
dos debas renunciar a la otra, en pocas palabras aprendí sobre el balance de la
vida; también me di cuenta que yo elijo mi camino y que cada decisión conlleva
una responsabilidad que todos asumimos, como escuché en el live de instagram de
“como abrir los ojos” (revisen esta cuenta se las recomiendo). Bueno como les
decía cada decisión tiene su responsabilidad, por ejemplo yo entré a la
universidad estudiando administración de empresas porque desde pequeña decía
que a mis 25 años debía tener una compañía, pues creía que esa era la carrera
correcta para mí, pero siempre me ha gustado organizar eventos, viajar,
organizar viajes y excursiones así como itinerarios, etc, pues a lo que los
quiero llevar es que me interesaba mucho la carrera de administración de
empresas turísticas que imparte la universidad de la que me gradué, pero me decidí
e inicié en la carrera de administración de empresas llegando el primer año
como una de las personas más frustradas y miserables, me llevaba bien con todos
mis compañeros más nunca conecté con ninguno, una noche mi madre se sentó y me
pidió que me cambiara a ADM Turísticas porque se había dado cuenta de que no
estaba feliz con esa carrera, no lo pensé dos veces y me cambié, y sin
mentirles no duré ni un mes cuando ya me iba de fin de semana con los que aun
al día de hoy son mis amigos de la universidad, las clases me parecían súper
interesantes y divertidas, de hecho fueron muchas las noches que se amanecía
trabajando en proyectos y exposiciones pero como las disfruté. Luego de
graduarme me fui para Canadá y a los 6 meses regresé, y ahí descubrí la palabra
codependencia y todas sus implicaciones, ya podrán imaginar mi sorpresa al
descubrir que al no estar consciente de esta situación me habría sido muy
difícil quedarme en cualquier país. Pero también hay que saber agradecer porque
si no hubiera regresado no sería la persona que soy hoy en día. La que buscó
ayuda para terminar relaciones de codependencia y relaciones tóxicas que solo
me retenían y no permitían vivir como quiero vivir. Hoy en día quiero vivir en
Europa pero sé que tarde o temprano así sea una temporada terminaré viviendo en
Canadá pero ahora mismo quiero vivir otras experiencias y fluir, ver a donde me
llevan mis sentimientos y mi intuición. De lo que si estoy segura es que desde
que ponga un pie en el avión que me llevará a mi nuevo hogar no hay vuelta
atrás ni ataduras que me hagan regresar.
Así que la próxima vez que te sientas agotado,
que las cosas que haces no te causan curiosidad ni te divierten en cierto modo,
creo que es tiempo de parar y replantearnos lo que realmente queremos, de
probar actividades nuevas, hacer una lista de las cosas que nos interesan para
ir probando y de esta forma ver lo que nuestra alma nos está pidiendo a gritos
encontrar. No digo de dejar todo lo que estamos haciendo de golpe sino poco a
poco, o no, si déjalo todo de golpe y siente, vive, como dice Mark Twain “20
años más tarde estarás mas decepcionado por las cosas que no hiciste que por
las que hiciste. Así que suelta las amarras, navega lejos del puerto seguro y
atrapa los vientos favorables en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.” Creo que
esta frase lo resume todo.
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